Lo que debía ser un festejo de lujo terminó en polémica internacional. Lamine Yamal, la joven estrella del FC Barcelona y la Selección Española, celebró sus 18 años con una fiesta privada en una finca de Olivella, cerca de Barcelona. La temática inspirada en películas de mafia, decoración de casino y figuras de pistolas generó controversia, pero fue la participación de personas con enanismo y la selección de modelos por criterios físicos lo que desató la tormenta.
La Asociación Española de Personas con Acondroplasia (ADEE) denunció el espectáculo como discriminatorio y ofensivo. A raíz de la queja, el Ministerio de Derechos Sociales de España solicitó a la Fiscalía una investigación para determinar si se violó la Ley General de los Derechos de las Personas con Discapacidad, lo que podría llevar a sanciones de hasta un millón de euros.
Modelos que fueron contactadas para asistir a la fiesta afirman que se les pidió ser rubias, altas y tener “cierto tipo de cuerpo”, además de no ir acompañadas por hombres. Esta práctica ha sido duramente criticada en redes y por figuras públicas, que califican el hecho como sexista y fuera de lugar.
Lamine Yamal no ha emitido declaraciones, salvo por un video en redes con el mensaje: “Solo un minuto, disfrútalo”. La falta de respuesta ha generado aún más debate sobre el rol social de los deportistas jóvenes y su influencia sobre millones de seguidores.
Mientras la investigación sigue en curso, el caso ha cruzado fronteras y llega a la comunidad latina en Canadá, donde se reabre el debate sobre inclusión, derechos humanos y la responsabilidad pública de las celebridades