


La Bichota llegó sin previo aviso a “El Callejón del Gato” y convirtió la noche en una fiesta inolvidable para sus seguidores en Provenza.
Karol G volvió a demostrar por qué es una de las artistas más queridas de Colombia, en la noche del 30 de julio, la cantante paisa sorprendió a los asistentes de su discoteca “El Callejón del Gato”, ubicada en el exclusivo sector de Provenza, con una aparición inesperada y aun mas con un concierto para sus fans, dejandolos a todos sin aliento.
La artista llegó sin previo aviso al local que lleva su sello personal y que forma parte del complejo del entretenimiento que ella misma inauguró en diciembre de 2024. La presencia de la artista desató la euforia entre los presentes, quienes no podían creer que “La Bichota” estaba frente a ellos, en persona, lista para cantar.
Karol G no solo saludó con calidez a sus fans, sino que también firmó autógrafos, se tomó selfies, compartió brindis y hasta consoló a una fan que no pudo contener las lágrimas, luego, tomó el micrófono y convirtió la noche en un espectáculo íntimo, cantando en vivo varios de sus éxitos, incluyendo “Un gatito me llamó”, “Verano Rosa”, “Papasito”, “Ivonny Bonita” y el infaltable “S91”.

La artista aprovechó el momento para agradecer a su público por el cariño incondicional y expresó lo mucho que le emociona compartir con su gente en la ciudad que la vio crecer, “Este lugar lo hice pensando en ustedes, aquí siempre van a tener un pedacito de mí”, dijo, entre aplausos y emociones.
El momento fue captado en múltiples videos que rápidamente se volvieron virales en redes sociales, donde los usuarios celebraron la humildad y cercanía de la cantante, “Karol G no olvida de dónde viene”, fue uno de los comentarios más repetidos en X, donde los clips acumulan miles de reproducciones.
Con este fran gesto, Karol G no solo reafirma su conexión con Medellín, sino que también consolida su espacio en la escena cultural y nocturna de la ciudad.
“El Callejón del Gato” se perfila como un epicentro para los fanáticos de la música urbana y ahora, más que nunca, como un lugar donde todo puede pasar.